¿Cuáles son las etapas del desarrollo del lenguaje?

El lenguaje es una de las habilidades más complejas y fascinantes que desarrolla el ser humano en sus primeros años de vida. A través del lenguaje, los niños aprenden a comunicarse, expresar sus emociones, comprender el mundo que los rodea e interactuar con los demás. Este proceso no ocurre de manera repentina, sino que atraviesa una serie de etapas naturales, donde cada fase aporta nuevos elementos a su capacidad comunicativa. Conocer estas etapas resulta fundamental para padres, educadores y profesionales de la salud, ya que permite identificar si el desarrollo se está dando dentro de los parámetros esperados y, si no, intervenir a tiempo. A continuación, te explicamos cuáles son las principales etapas del desarrollo del lenguaje infantil, desde los primeros sonidos hasta la consolidación de un lenguaje más estructurado.

Desarrollo del lenguaje: etapa prelingüística (0 a 12 meses)

Durante el primer año de vida, los bebés atraviesan la llamada etapa prelingüística. Aunque todavía no usan palabras, ya comienzan a desarrollar las bases del lenguaje a través de sonidos, gestos y expresiones faciales. Al principio, el llanto es su principal forma de comunicación. Luego aparecen los sonidos guturales, los balbuceos y las vocalizaciones que, con el tiempo, se van tornando más complejos y parecidos a las sílabas del habla. Hacia los 6-8 meses, muchos bebés ya producen secuencias como “ba-ba” o “da-da”, aunque sin un significado específico. También empiezan a reaccionar a la voz de sus cuidadores, a reconocer su nombre y a mostrar interés por los sonidos del entorno. Esta etapa es crucial, ya que sienta las bases auditivas, sociales y emocionales que permitirán el desarrollo posterior del lenguaje verbal.

Primera palabra y holofrase (12 a 18 meses)

Entre los 12 y los 18 meses, la mayoría de los niños pronuncian su primera palabra con significado claro. Estas palabras suelen estar relacionadas con su entorno inmediato, como “mamá”, “papá”, “agua” … En esta etapa, los pequeños utilizan lo que se conoce como holofrases: expresiones de una sola palabra que representan ideas o deseos más amplios. Por ejemplo, al decir “leche”, el niño puede estar pidiendo que le den leche, mostrando que ve leche o que quiere ir a donde está la leche. Aunque su vocabulario todavía es limitado, el uso de la entonación, el contexto y los gestos permite que su comunicación sea efectiva. Es un momento especialmente sensible, donde la interacción verbal con los adultos tiene un enorme impacto en la adquisición del lenguaje.

Expansión del vocabulario (18 a 24 meses)

A partir de los 18 meses, el vocabulario del niño comienza a expandirse rápidamente. Este período se conoce comúnmente como la “explosión del lenguaje”. Muchos niños pasan de decir unas pocas palabras a tener un repertorio de 50 o más en cuestión de semanas. Además, empiezan a combinar dos palabras para formar frases simples como “quiero agua” o “mamá coche”. Estas combinaciones permiten expresar deseos, acciones y emociones con mayor claridad. En paralelo, mejora su comprensión del lenguaje, es decir, entienden más palabras de las que pueden pronunciar. La estimulación adecuada —leer cuentos, cantar canciones y mantener conversaciones cotidianas— es clave para enriquecer su vocabulario y fomentar el desarrollo gramatical.

Formación de frases simples (2 a 3 años)

Entre los 2 y los 3 años, los niños comienzan a formar frases simples de 3 o más palabras. Su lenguaje se vuelve más estructurado, aunque aún cometan errores gramaticales comunes para su edad. Es frecuente escuchar expresiones como “yo no quiero” o “el perro come pan”. Durante esta etapa, mejoran la pronunciación de muchos sonidos, aunque algunos fonemas aún les resultan difíciles. También empiezan a utilizar pronombres, plurales y verbos en diferentes tiempos, aunque de manera parcial. El lenguaje ya les permite relatar pequeñas experiencias, hacer preguntas y participar en conversaciones sencillas. La interacción con otros niños en espacios como guarderías o parques también favorece la evolución de sus habilidades lingüísticas.

Consolidación del lenguaje (3 a 4 años)

A los 3 o 4 años, el lenguaje del niño se vuelve mucho más completo. Son capaces de formar oraciones más largas y coherentes, narrar eventos con cierta lógica temporal y utilizar correctamente muchos aspectos gramaticales, aunque algunos errores aún sean normales. Su vocabulario sigue creciendo, llegando a comprender y usar más de 1.000 palabras. Comienzan a dominar los turnos de conversación, ajustan su lenguaje al contexto y muestran una clara intención comunicativa. Esta etapa también marca el inicio de un lenguaje más abstracto, donde pueden hablar de cosas que no están presentes o expresar ideas más complejas. La lectura compartida y el juego simbólico son herramientas fundamentales para fortalecer esta etapa del desarrollo.

Etapa del lenguaje avanzado (4 a 6 años)

Entre los 4 y 6 años, los niños ya dominan casi todos los sonidos del habla y su pronunciación se asemeja bastante a la de los adultos. Pueden contar historias, explicar causas y consecuencias, hacer preguntas complejas y utilizar el lenguaje como herramienta de razonamiento. También son capaces de diferenciar registros según la situación: no hablan igual con un amigo que con un maestro. En esta fase, el lenguaje oral se convierte en un fuerte aliado del pensamiento, el aprendizaje y la socialización. Cualquier dificultad persistente en la pronunciación, la estructuración de frases o la comprensión puede ser una señal de alerta y requerir evaluación por parte de un especialista en desarrollo del lenguaje o logopeda.

Influencia del entorno y estimulación en el desarrollo del lenguaje

En todas las etapas del desarrollo lingüístico, el entorno familiar y social juega un papel esencial. La cantidad y calidad de las interacciones verbales que tiene el niño con sus cuidadores, la exposición al lenguaje a través de libros, canciones, juegos y rutinas diarias, así como el modelo de habla que recibe, influyen directamente en su desarrollo. Un ambiente estimulante, donde se le hable con claridad, se le escuche con atención y se le invite a participar en conversaciones, potencia enormemente sus habilidades lingüísticas. Por el contrario, la falta de estimulación, el uso excesivo de pantallas o ambientes poco comunicativos pueden dificultar el proceso. Es importante que las familias acompañen activamente este desarrollo, siempre respetando el ritmo natural de cada niño.

El desarrollo del lenguaje es un proceso progresivo y fascinante

Desde los primeros balbuceos hasta las conversaciones fluidas, cada etapa cumple una función clave en la adquisición del lenguaje. Conocer este proceso permite a padres y educadores brindar el apoyo adecuado, detectar posibles retrasos a tiempo y fomentar un desarrollo comunicativo saludable. Acompañar con paciencia, escucha y estímulo cada fase es la mejor forma de ayudar a los niños a desarrollar una herramienta tan poderosa durante el desarrollo del lenguaje.

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